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HACE 10 AÑOS NOS ENCARGARON CERRAR UN ACIAGO CAPÍTULO DE LA MINERÍA EN PERÚ

·  El 4 de octubre de 2006, el DS 058-2006-EM le encargó a AMSAC asumir los pasivos ambientales de CENTROMIN y otras entidades del Estado; el encargo comprendió 18 pasivos en Pasco, Junín, Lima y Huancavelica; 6 de ellos aún se encuentran en proceso en Pasco y Junín.

·  Dos de los pasivos de mayores dimensiones son la remediación del río San Juan y el Delta Upamayo, y de los suelos contaminados por las emisiones del Complejo Metalúrgico La Oroya, que operó en esta ciudad entre 1922 y 2009.

El pasado 4 de octubre se conmemoró 10 años del DS 058-2006-EM, que le encarga a AMSAC, empresa del Grupo FONAFE, la remediación de los pasivos ambientales de la Empresa Minera del Centro del Perú S.A. (CENTROMIN) y otras empresas de propiedad del Estado, pasivos que se localizaban en Pasco, Junín, Lima y Huancavelica.

La creación de AMSAC es parte de la reforma ambiental que se inició en Perú en 1990 con el Código del Medio Ambiente y los Recursos Naturales, continuó con la creación del Consejo Nacional del Ambiente (1994), las Comisiones Ambientales Regionales (1997-2001), que registran por primera vez algunos de los pasivos mineros más emblemáticos, continuó con el Inventario de Pasivos Ambientales Mineros (2004-2016) y otros hitos de una historia que se extiende a épocas pre-colombinas; Perú es y seguirá siendo un país minero por muchos años…, pero no tiene que repetir la historia.

La minería es mucho más que una innegable capacidad natural de nuestro país[1]: es muy similar a una locomotora de enorme poder, a la que puede engancharse un largo convoy con todos los vagones que nuestra creatividad y esfuerzo sea capaz; de hecho, hoy hay varios convoyes que ya están en marcha y otros que se están preparando para hacerlo, pero no siempre fue así: ésa es la parte de la historia que queremos dejar atrás por indigna y vergonzosa, aquella que nos legó, por ignorancia, indiferencia, negligencia o porque el estado del arte era más limitado, los pasivos ambientales mineros que AMSAC tiene el encargo de remediar, para eliminar el riesgo de afectaciones a la salud y a la vida cotidiana de la población por la exposición a metales pesados, e integrar los pasivos remediados a las economías locales, buscando opciones para apoyar su sostenibilidad.

La misión de AMSAC encierra pues, un imperativo moral, una deuda social por saldar con estas poblaciones, que en muchos casos permanecieron ajenas a la bonanza minera, mas no así a sus impactos; la labor de AMSAC, cuando concluya, habrá culminado el ciclo que todos los proyectos mineros de antaño, algunos desde la Colonia, dejó inconcluso: el cierre de los pasivos ambientales.Nunca esperamos cumplir solitariamente nuestra misión, sería imposible; nuestra labor sólo rendirá frutos con el trabajo conjunto de lo que se llaman “Los 3 Estamentos”: la Sociedad Civil, las Empresas y El Estado; en todos y cada uno de los 81 proyectos de remediación ambiental que ejecutamos, las sinergias entre estos tres estamentos han determinado la viabilidad de la remediación; dos de los casos más emblemáticos encargados con el DS 058, son la remediación de los sedimentos mineros del río San Juan y el Delta Upamayo, y la remediación de los suelos contaminados por las emisiones del Complejo Metalúrgico La Oroya.

A pesar que los impactos datan de 1936, la remediación del río San Juan y el Delta Upamayo fue incorporada por primera vez en una agenda ambiental el 1999 por la Comisión Ambiental Regional (CAR) Andina Central, entonces presidida por el actual Gerente General de AMSAC, Luis Egocheaga Young; la remediación es el resultado de acciones consensuadas dentro del Plan de Manejo Ambiental Sostenible del Lago Chinchaycocha 2012-2016, aprobado por RS 002-2012-MINAM que, al igual que la Agenda Ambiental 1999, integra acciones ambientales, económicas, sociales y culturales, para contribuir a superar la contaminación y la afectación de recursos naturales, propiedades de comunidades campesinas, y contribuir con la conservación de la biodiversidad de la Reserva Nacional de Junín, mediante la gestión ambiental pública y privada.

El objetivo del proyecto es atender el más importante remanente de actividad minera pública y privada en la zona, estabilizando un área de más de 48 hectáreas en el Delta Upamayo, próxima al Lago Chinchaycocha -el segundo más grande del país-, recuperando pastizales para la ganadería de las comunidades afectadas; con una inversión superior a los 12 millones de soles, el 10 de diciembre de 2015 se inició la emblemática remediación de los pasivos ambientales mineros en las comunidades campesinas Cochamarca y Vicco (Pasco) y San Pedro de Pari (Junín).

En el Delta Upamayo se neutralizarán suelos ácidos y se revegetará con especies nativas, adaptadas al embalse y desembalse que practica la empresa hidroeléctrica aledaña al delta, con el propósito de fijar los suelos y evitar impactos al Lago Chinchaycocha y la dispersión de polvo en épocas de estiaje; en el río San Juan, se removerá una capa de 20 centímetros de material mineral depositado por el río y el perfilado de un tramo del cauce.

AMSAC, en representación del Estado Peruano, y las empresas Sociedad Minera El Brocal, Cerro SAC (Volcán Cía. Minera S.A.A.) y Compañía Minera Aurífera Áurex S.A., asumieron la totalidad del proyecto, que es la remediación de mayor envergadura emprendida  por el sector minero público y privado en el país; el principal beneficio social y ambiental del proyecto es la reducción de los riesgos de contaminación de la población y del medioambiente; su ejecución mejorará la calidad ambiental de la zona y el restablecimiento del equilibrio ecológico alterado por la presencia de los pasivos de origen minero de Pasco; también generará fuentes de trabajo mediante el uso de mano de obra calificada y no calificada, las cuales serán contratadas de las comunidades dentro del área de influencia.

La colocación de los primeros plantones, que demarcó el inicio de este proyecto de casi 3 años de duración, se realizó el 10 de diciembre en la comunidad campesina Cochamarca, en Vicco, Pasco; participaron el Gobernador Regional de Pasco, Teódulo Quispe Huertas, el Vice-Gobernador de Junín, Peter Candiotti, el Presidente del Comité de Gestión Ambiental del Lago Chinchaycocha, Wilson Vargas y Fredy Barreto Cristóbal, Presidente de la comunidad campesina Cochamarca, entre otros líderes y autoridades nacionales, regionales y locales.

El segundo encargo emblemático fue la remediación de las áreas afectadas por las emisiones de gases y material particulado del Complejo Metalúrgico La Oroya (CMLO), que se inició el 2008 con un estudio que evaluó los riesgos a la salud y alambientey teníacuatro objetivos específicos: (i) determinar la extensión del área de suelos afectados; (ii) determinar los niveles  de contaminación del suelo, que pueden atribuirse a estas emisiones; (iii) evaluar los riesgos potenciales a seres humanos y ambientales, derivados  de los suelos afectados; y (iv) proponer las medidas de remediación requeridas para reducir  los riesgos a la salud y al ambiente.

Este estudio fue realizado entre junio de 2008 y marzo de 2009 sobre un área de 400 mil hectáreas por la consultora Ground Water International (GWI, hoy Montgomery Watson Hartza-MWH); las diferentes fases del estudio, como el muestreo de los suelos y su caracterización, el análisis de riesgos a la salud y el análisis de riesgos ambientales, se realizaron utilizando metodologías y guías publicadas y recomendadas por agencias internacionales como USEPA y el Consejo Nacional de Ministros del Medio Ambiente del Canadá.

Cada muestra de suelo fue analizada para determinar las concentraciones de metales pesados dentro de esta área de estudio, la cual era muy variable, registrándose los mayores niveles en los primeros 10 cm de suelo y en las cercanías del CMLO, reduciéndose a medida que se alejaba del mismo; a una profundidad de 80 cm ya no se registran contaminación de un total de 30 metales[1].

El estudio priorizó las áreas a remediar en función al nivel de contaminación con plomo y el riesgo a la salud humana, estableciendo categorías para las áreas urbana y rural, así como medidas específicas de remediación; para la zona urbana, el propósito fue reducir los riesgos de exposición de las personas (por arrastre eólico o contacto directo), en especial niños, a metales pesados, mediante la cobertura de los suelos expuestos y de acuerdo al desarrollo urbanístico de la ciudad, lo que comprende pavimentación de calles y veredas, asfaltados de losas, reemplazo de los suelos afectados y revegetación en parques y patios. El área que requiere intervención en la zona urbana es de alrededor de 150 ha; la ejecución del proyecto de remediación abarca un período de 4 años y comprende cuatro fases: (i) elaboración de Perfiles SNIP y aprobación de la Oficina de Planeamiento de Inversiones (OPI) del FONAFE; (ii) Expedientes Técnicos; (iii) ejecución de obras correspondientes, y (iv) mantenimiento de las obras de remediación.

Por la mayor población expuesta, se inició la remediación en la zona urbana el 2010 y,hasta julio de 2016, se han ejecutado 29 obras con una inversión de S/ 41 millones, entre las que destacan: (i) Pistas y Veredas en Calles y Pasajes del Pueblo Joven El Porvenir (S/ 1.02 millones); (ii) Mejoramiento de los Barrios Chucchis Alto, María Concepción y Villa El Sol (S/ 3.52 millones); (iii) Tacarpana y Muruhuay (S/ 5.97 millones); (iv) Pistas y Veredas en El Porvenir (S/ 2.13 millones); (v) Reforestación y Tratamiento Paisajístico en la Periferia del Barrio Tacarpana (S/ 1.41 millones); (vi) Reforestación y Equipamiento de Infraestructura Urbana en el Parque Ecológico Tacarpana (S/ 1.08 millones); (vii) Laderas de Alto Marcavalle (S/ 1.70 millones); (viii) Áreas Públicas y Forestación de Laderas en La Florida y Norman King (S/ 1.98 millones); (ix) Las Mercedes-Alto Perú (S/ 2.64 millones), y (x) Calles y Veredas en Alto Marcavalle (S/ 6.60 millones). Correa en Santa Rosa de Sacco, y Las Mercedes, Alto Perú, Buenos Aires y San Vicente de Paul en La Oroya, en las que invertiremos S/ 11.59 millones, con las que prácticamente habremos concluido la remediación de los suelos contaminados en esta ciudad.

 
En la zona rural los objetivos principales de la remediación son minimizar los efectos de la erosión hídrica y eólica, y mejorar la capacidad agrícola de los suelos; se estimó un área de intervención de alrededor de 6 mil hectáreas con una combinación de re-vegetaciones parcialesy enmiendas. El plan abarca un plazo de 6 años y comprende ejecutar estudios complementarios, incluyendo trabajos piloto, para definir con mayor precisión la extensión de las áreas a ser remediadas y las especies a ser cultivadas. En la actualidad, ya hemos concluido la remediación de más de 400 hectáreas de suelos en Calioc y Chacrapuquio, en La Oroya, Yauli, donde invertimos S/ 1.66 millones, y estamos ejecutando la 2da etapa; entre el 2017 y 2018 completaremos 4 proyectos: (i) Chucchis (S/ 5.83 millones), (ii) Huaynacancha (S/ 5.66 millones), (iii) Marcavalle (S/ 5.84 millones) y (iv) Margen Izquierda del Mantaro (S/ 10.00 millones).
 
El monto que estimamos invertir hasta el 2018 en proyectos de remediación en la zona rural de La Oroya es S/ 27.32 millones.


[1]Aluminio, Antimonio, Arsénico, Bario, Berilio, Bismuto, Cadmio, Calcio, Cobalto, Cobre, Cromo, Estaño, Estroncio, Fósforo, Hierro, Litio, Magnesio, Manganeso, Mercurio, Molibdeno, Níquel, Plata, Plomo, Potasio, Selenio, Sodio, Talio, Titanio, Vanadio y Zinc.


[1]Perú: reserva mundial de minerales: 11.2% de Cu, 4.6% de Au, 24.5% de Ag, 12.5% de Zn, 7.1% de Pb y 21.6% de Mo. En marzo de este año, el MINEM estimó la cartera de proyectos mineros en US $58,346 millones.

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