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ENTREVISTA REVISTA ENERGIMINAS: ACTIVOS MINEROS, CURANDO HERIDAS MINERAS

ENTREVISTA REVISTA ENERGIMINAS: ACTIVOS MINEROS, CURANDO HERIDAS MINERAS

Rachel Carson escribió en su revolucionario libro Primavera silenciosa: «La historia de la vida en la tierra ha sido un proceso de interacción entre las cosas vivas y lo que las rodea». Esta afirmación es casi un axioma, una tautología en la industria minera y en Activos Mineros SAC (Amsac), una empresa del Estado bajo el paraguas del Financiamiento de la Actividad Empresarial del Estado (Fonafe), creada sobre la base de la Empresa Regional Grau Bayovar S.A en junio de 2006, y su finalidad es la remediación ambiental. En su origen, el Estado encargó a Activos Mineros la conducción de la ejecución de los proyectos de remediación ambiental que estuvieron a cargo de Centromin Perú SA y otras empresas del Estado. La empresa ha adecuado sus recursos para efectuar la labor encomendada, efectuando actualmente supervisiones, ejecutando proyectos y convocando concursos relacionados con el encargo recibido. Durante el 2019, según su más reciente memoria corporativa, Amsac administró una cartera de un total de 29 proyectos y programas, que contemplan la continuidad en la remediación de más de 1,000 pasivos ambientales. “Aunque estos resultados son alentadores, es preciso recalcar que Amsac trabaja por encargo y en base a transferencias de fondos del Estado, por lo que es fundamental que se le asigne mayores y oportunos recursos económicos a fin de que los proyectos de remediación se realicen de manera oportuna y eficaz”, explicaron en ese documento. Hoy, tras una pandemia que afectó a todos por igual, la empresa ha recuperado su ritmo de avance y conseguido más recursos para sanar al país. Antonio Montenegro, su gerente general, lo cuenta mejor.

Cuando hablamos de “pasivos ambientales”, en concreto, ¿de qué hablamos específicamente? ¿De qué tipo de contaminantes y en qué cantidades?
Cuando hablamos de pasivos ambientales mineros (PAM) nos referimos a las instalaciones, efluentes, emisiones y residuos que dejó la actividad minera ancestral antes de la normativa ambiental, y que actualmente se encuentran inactivas o están abandonadas. En el Perú tenemos identificado como pasivos una variedad de tipologías como: depósitos de desmonte, relaves, bocaminas, chimeneas, piques, tajeos, trincheras, media barreta, campamentos, pozas, entre otros.

Los contaminantes son diversos pues nuestro país tiene una composición polimetálica de minerales. Entonces, por ejemplo, en los pasivos ambientales encontramos acumulación de desmontes y relaves con altas concentraciones de pirita, zinc, y otros componentes que al contacto con el oxígeno y el agua pueden ser lixiviados produciendo drenajes ácidos.

¿Estos pasivos ambientales son todos productos de la actividad minera del pasado o del presente?
La historia del Perú tiene eminentemente una vinculación directa con la actividad minera. En ese sentido, cuando Activos Mineros interviene encuentra pasivos ambientales mineros (PAM) de la época colonial, de la etapa republicana, y también otros generados por empresas del Estado. A partir de la dación de la Ley de Cierre de Minas, los instrumentos ambientales para la actividad minera extractiva exigen garantizar el concepto de cierre progresivo de los impactos ambientales que pudieren generarse; asegurando que, a la terminación de la vida útil de la concesión, los PAM que pudieran haber generado las operaciones mineras se encuentren remediados.

¿Hay planes para remediar pasivos ambientales acaso en otras regiones del país?
El Minem, a través de la Dirección General de Minería, prioriza la intervención de los pasivos de alto y muy alto riesgo que representan un peligro para la salud de las poblaciones en las diferentes regiones del país.

Hablemos de Excélsior: ¿es este un buen ejemplo de remediación ambiental? ¿Qué trabajos técnicos realizaron en este lugar y qué garantizan estos en cuanto al cuidado del entorno y la salud de la población circundante?
Excélsior constituye una obra de remediación de gran envergadura, ha comprendido la estabilidad física de más de 50 millones de toneladas de desmonte, con más de 2 millones de toneladas en movimientos de tierra. La geocobertura de este pasivo ambiental minero evitará que las aguas de lluvia —captadas y derivadas a canales de aguas de no contacto— generen aguas ácidas contaminantes y dañinas para la población.

Esta técnica de remediación —a través de la impermeabilización con geosintéticos, y su posterior cobertura con piedra granular y top soil— garantizará el aislamiento de los materiales contaminantes. Asimismo, mediante la construcción de un sistema de regadío por aspersión que parte de ocho pozas en la parte superior del pasivo, se asegura la sostenibilidad del proyecto ya que permitirá el prendimiento de especies vegetales sembradas en los taludes, con lo cual se busca que se generen microclimas y devolver a este ambiente la estabilidad física, química e hidrológica. Además esta obra implica la captación de las aguas de lluvia de escorrentía superficial a través de canales circundantes a la desmontera para ser derivadas al río Ragra, y con ello, mejorar la calidad del agua e impactar positivamente en actividades económicas como la agricultura y la ganadería.

¿Y qué podrían comentar con respecto al plan de remediación en el Delta Upamayo?
Delta Upamayo y Río San Juan es un proyecto emblemático ubicado en el límite de las regiones de Pasco y Junín. A través de esta obra se han recuperado las condiciones ecosistémicas en esta zona, afectadas por la acumulación de sedimentos contaminantes durante décadas pasadas.

Así, a través de la neutralización de estos sedimentos de alta acidez, se ha logrado la revegetación de más de medio millón de plantas, entre totorillas y gramíneas; alcanzando una extensión recuperada de 48 hectáreas.

Este proyecto ejecutado por el Estado ha aplicado una técnica experimental que permitió innovar modelos de Planes de Cierre integrales y así determinar los porcentajes de generación y responsabilidad de los PAM del Estado y de la empresa privada, compartiendo su financiamiento con una inversión total a la fecha de S/ 17.9 millones.

Hoy Delta Upamayo y Río San Juan es un proyecto en etapa de poscierre y es un área recuperada con estabilidad física y química donde habitan diferentes especies de aves y donde la naturaleza está generando, la aparición de nuevas especies vegetales distintas a las sembradas y aves migratorias que antes no llegaban; recobrando así, su ciclo de vida natural. Este proyecto beneficia a más de 13,000 pobladores.

¿En qué situación se encuentra el cierre de Quiulacocha?
El plan de cierre de Quiulacocha se encuentra actualmente en fase de estudios. Quiulacocha es un pasivo ambiental vecino al área remediada de Excélsior que no ha podido ser intervenido de manera conjunta con este último debido a la existencia de la concesión de Relaves de El Metalurgista, a cargo de la empresa Cerro de Pasco Resources, la cual desde hace más de 15 años viene proponiendo el reaprovechamiento del relave de este pasivo ambiental.
Quiulacocha tiene una extensión de aproximadamente 110 hectáreas y acumula gran tonelaje de relave minero con alto grado de riesgo de contaminación para la población.

¿Diría usted que Junín es uno de los casos más difíciles en cuanto a remediación ambiental debido a la operación por décadas de La Oroya? ¿Cuáles son los desafíos en este trabajo y cuál es el plan para resolverlo?
El proyecto “Remediación de las áreas de suelos afectados por las emisiones del Complejo Metalúrgico La Oroya” ha sido complejo pues se ha tenido que determinar, a través de estudios muy especializados, el tipo de intervención adecuado para la zona urbana y rural, las que registran a la fecha un avance de 86.2% y 43%, respectivamente.

La recuperación lograda hasta el momento muestra que la remediación ambiental no siempre está relacionada con cubrir de verde una zona, sino principalmente comprende el aislar los materiales contaminantes del contacto con el ser humano.

En ese sentido, se ha extraído suelo contaminado (transportado a zonas de acopio especialmente preparadas para ello), el cual ha sido reemplazado por pavimento en calles y veredas, en línea con el desarrollo urbanístico de la ciudad.

La Oroya es ejemplo de una remediación que ha buscado y conseguido la protección de la población y del medio ambiente, conjugando su intervención con el desarrollo urbano como lo podemos apreciar en los barrios de Santa Rosa de Sacco, Juan Pablo II, San Vicente, Cinco Barrios, Marcavalle, Barrio Las Mercedes, Barrios Chucchis Alto, Manuel Scorza, Violeta Correa, Comunidad Campesina de Huari, entre otros.

¿Cuál es el presupuesto anual con el que cuenta Activos Mineros para hacer su trabajo? ¿Es suficiente?
El presupuesto anual de Activos Mineros está vinculado al financiamiento de las intervenciones por parte del Estado. El promedio de ejecución de inversiones desde el 2018 ha superado los S/100 millones; en el 2021, debido al impacto que sin duda está teniendo la pandemia del COVID-19, tendremos una proyección de cerca de S/ 90 millones.

¿El presupuesto para Activos Mineros ha ido aumentando o reduciéndose en la última década?
En la última década, sin duda alguna, el presupuesto de Activos Mineros se ha incrementado, conforme se muestra en el cuadro de evolución:

¿Qué presupuesto sería el idóneo para avanzar a la velocidad necesaria con la remediación de pasivos ambientales?
La velocidad de las intervenciones de inversiones no es manejada únicamente por la empresa. Si quisiéramos avanzar a una gran velocidad no solo es necesario tener mayores recursos económicos, sino también una normativa legal especializada y ágil que permita conjugar de manera más eficiente y eficaz normas de inversión pública con normas ambientales, sin obviar una adecuada priorización que subraye conceptos de intervención por compromiso de cuencas.

Algunos proyectos de remediación ambiental, ejecutados actualmente por Activos Mineros, provienen de los pasivos minero-metalúrgicos de Centromin Perú S.A. ¿El principal contaminador minero ha sido el Estado peruano?
Mediante el Decreto Supremo 058-2006 se dio origen al nacimiento de Activos Mineros como una trasformación societaria de la antigua minera Grau-Bayóvar. En dicho decreto se le encargó precisamente la intervención de los pasivos ambientales mineros que fueran de responsabilidad de Centromin Perú o Empresa Minera del Centro, lo que implicó la intervención de pasivos tan importantes como Excélsior, Quiulacocha, así como el mantenimiento y sostenibilidad física, química e hidrológica de proyectos de Tablachaca, Antuquito, Casapalca, Vado Malpaso, entre otros.

Sin embargo, gran parte de los pasivos son consecuencia de la incipiente tecnología e inadecuado manejo de ex unidades mineras que operaron ancestralmente, con una débil —y en ocasiones inexistente— normativa ambiental. Por tal motivo, de acuerdo con la Ley N° 28271, ley que regula la remediación de los PAM, se establece también que el Estado solo asume la tarea de remediación por aquellos pasivos cuyos responsables no pueden ser identificados, facultando al Estado a repetir contra los responsables, por los gastos incurridos en la remediación, en caso sean identificados.

¿Cuál es la meta de Activos Mineros para los próximos cinco años?
Tenemos diversas metas. Una de ellas es la innovación en el mejoramiento de procesos y técnicas que hagan cada vez más eficientes y eficaces las intervenciones de PAM. Otra meta es contribuir con el Estado en la modernización de la normativa ambiental y de inversión pública que la haga cada vez más eficaz y así lograr que la remediación ambiental minera se constituya en una política de Estado, que permita a través de presupuestos multianuales pre establecidos la intervención más eficaz del estado en los PAM existentes.

Fuente: Revista Energiminas / Fecha: Julio 2021

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